Ir al gimnasio voy cuatro días por semana, aunque si te digo la verdad… son más las semanas que voy tres veces que cuatro. Así es la vida, como diría un amigo mío, desde hace un año que me lo he tomado en serio, al menos, más en serio que en los últimos 36.
Cuando llegas a cierta edad tratas de convencerte de que «lo que no he conseguido de joven… no lo voy a conseguir ahora». Yo soy uno de esos del montón, de los delgados desapercibidos por cualquier cosa menos por la barriga. Lamentablemente tengo que decirlo así. Mi novia llegó a bautizar mi biotipo como «cuerpo somalí»… delgaducho y con barriga. ¡Ya ves!
Septiembre de 2012 fue un punto en el que algo tenía que cambiar. Tuve la suerte de coincidir con un entrenador personal en gimnasios y claro, él necesitaba tener una página web… yo necesitaba estilizar mi figura… y llegamos a un acuerdo. Desde ese día me propuse un objetivo: constancia para ir al gimnasio.
Lo primero para ir al gimnasio: ser constante
Si eres constante, tienes mucho ganado. Sinceramente no lo tenía todo tan claro, eso de ir al gimnasio a entrenar, me aburre de forma sobrenatural pero me animó mucho que una persona iba a estar pendiente de mi, de lo que tenía que hacer en cada entrenamiento, de lo que tenía que comer, de lo que tenía que descansar… y eso, es un gran alivio.
También me sorprendió la confianza con la que motivan los entrenadores personales, aunque si bien es cierto, lo vas viendo tu mismo cuando las medidas semanales de tu cuerpo te «chivan» que la cosa va por buen camino. Ir al gimnasio de forma constante da sus frutos.
Pasó la temporada, llegó el mes de junio y yo estaba ansioso por lucir cuerpo. Cuerpo que en realidad no se había transformado tal y como yo lo había imaginado 10 meses antes. Yo quería lucir un sixpack en condiciones y no, no lo tenía. En cualquier otro momento hubiera tirado la toalla, habría criticado a mi entrenador y a mi mismo por querer ser o tener lo que nunca podré llegar a conseguir.
Decide que entrenar sea una forma de vida
Sin mi sixpack, pero con un estado de forma y salud mucho mejor que meses atrás, entendí que todo el esfuerzo no había caído en saco roto. Ahora era un hombre mucho más saludable en todos los aspectos. He hecho parte de mi una dieta sana y una disciplina en el entrenamiento. Sé que para este segundo intento ya no parto de los mismos valores de hace un año y sé que tengo mucho recorrido y que mis objetivos ahora, son mucho más exigentes. ¡Quiero mi tableta para el próximo verano!
He de reconocer que he aprendido muchísimo durante estos meses, mi entrenador me ha llenado de consejos y pautas. El camino lo tengo claro y voy a seguir andando por el. Empiezo este 2º round con muchas ganas, con algo de experiencia y con el ánimo de contar todo lo que aprendo. Por fin, veo que ir al gimnasio sirve para algo.
¿Cómo entrenas y cómo comes para estar en forma?
Durante la temporada pasada muchos amigos me han estado preguntando qué rutinas de entrenamiento seguía, qué dietas me han programado, qué suplementación tomaba en cada momento…
La falta de tiempo para entrenar, motivo de abandono
Yo creo que uno de los motivos de abandono y no ir al gimnasio es el aburrimiento. Y lo digo por propia experiencia… a mi me ha pasado a lo largo de mi vida, en todos los intentos de comenzar una nueva etapa de entrenamiento en el gimnasio y ver como salvo el primer día que vas con toda la ilusión del mundo, el resto se te hacen un mundo hasta que desistes y lo dejas… hasta la próxima amigo gym… jeje. ¿Te ha pasado a ti también? Por eso, si también te preguntas cuanto tiempo entrenar en el gimnasio, en este post te doy algunos c0nsejos.
Yo he tenido amigos que han pagado la cuota anual del gimnasio… no se, estos gimnasios lowcost que pueden costarte entre 100 y 200€/año y salvo el día de matricula, no han vuelto a pisarlo.
Sacrificio y dedicación, pilar esencial para seguir entrenando
Sí es cierto que entrenar es un sacrificio, mas cuando lo combinas con una jornada de trabajo de 8 o más horas (bendito trabajo dirán algunos). A mi me pasa, salgo de trabajar a las 20h. y sólo el hecho de ir a entrenar me destroza… nada, imposible. Psicológicamente (y físicamente) llego al gym agotado.
Por eso durante este último año he decido cambiar de costumbre y probar ir a entrenar a mediodía. En mi trabajo tengo la suerte de tener libre de 13:30h a 16h. Por eso, lo que hago es desayunar bien, almorzar sobre las 11:30 ó 12h una abundante dosis de energía y carbohidratos para comenzar a entrenar a las 14h. sin desfallecer.
A esa hora entro en la sala y pongo mi cronómetro a cero. El tiempo para mi es vital y por lo tanto, lo mido constantemente. Comienzo mi rutina de hipertrofia, ya sabes, 6 ejercicios repartidos en 2 grupos muculares: 4 + 2. Hoy por ejemplo he entrenado pierna.
Tengo el objetivo de salir de la sala 40 minutos mas tarde. Sí 40!!!. Fue uno de los primeros consejos que mi entrenador personal me dio. Es tiempo mas que de sobra para realizar una rutina de fuerza como toca.
Estos son algunos de los beneficios de entrenar en 40 minutos
- No pierdo tiempo contemplando embobado la sala
- Descanso el tiempo justo entre cada serie manteniendo así el ritmo cardíaco
- Consigo no aburrirme en la sala
- Mantengo la motivación para la próxima sesión
- Refuerza la constancia en las sesiones
Después de estos 40 minutos de entrenamiento, si tengo margen de tiempo y energía suficiente puedo optar por realizar estiramientos y unas series de abdominales. ¿Pensabas que entrenaba mucho más tiempo?
Volver a entrenar después de vacaciones
Siempre que se acercan las navidades (o cualquier festividad) me entra el tembleque ese que hace que me pregunte si durante las fiestas iré o no al gimnasio. Bueno, pues este año, como cada año, llegaron las navidades, me mentalicé para no fallar en mis días de entrenamientos.. y zas… ruina total. Durante una semana completa no he pisado el gimnasio. Pero lo peor no ha sido el hecho de no ir al gimnasio, sino que durante estos días he pasado de dietas… bueno, de una no: la dieta del atiborramiento y exceso.
Y es que las navidades son unas fechas muy complicadas, compromisos, comprar regalos, ver a familiares, comidas, cenas, fiestas, vacaciones… la verdad es que se junta todo.
Aquí tienes un vídeo que te dejará tan flipado como a mi. Si juntamos las google glass, con un programa de running y deporte, alucinas
¿Qué hago para tener menos cargo de conciencia?
Si llevas tiempo entrenando o yendo al gimnasio, dejarlo de forma momentánea hace que tengas cargo de conciencia. Sí, yo me «flagelo» de mi poca voluntad y pienso en que todo lo conseguido en largos meses lo voy a perder en una semana. Menos mal que sólo son pensamientos, aunque se gane algún kilo de mas, la ventaja de tener un cuerpo acostumbrado al ejercicio hace que el efecto «recuerdo«.
Mi entrenador personal me dijo el día que me dio la dieta: «puedes saltártela únicamente en una comida o cena a la semana». En navidad, eso es imposible, al menos para los que no estamos obsesionados en mayúsculas. En estos días tan raros, lo que hago es la técnica de compensar comidas. Lo óptimo y el objetivo sería quedarse tal cual, pero bueno, si no se consigue, pues lo más cerca posible.
Mi «no dieta» sería algo así: el desayuno, lo respeto, desayuno como cualquier día del año. Ya me he acostumbrado a la avena, los cereales, la tostada, el pavo, el zumo… etc. Almuerzo, pues depende. En este caso valoro si la comida de mediodía será excesiva o no. Si va a ser abundante, no hago almuerzo… (lo se, no es lo recomendable…). Si la comida va a ser mas o menos equilibrada, hago un almuerzo en consecuencia.
Comida, no te voy a engañar, ni me voy a engañar a mi mismo. Acepto voluntariamente todo lo que me ponen en el plato… y sí, comento todos los excesos que no hay que cometer y los disfruto como un enano!! . ¿Compensación? obviamente, con la merienda y cena. Merienda fruta… y cena, pescado blanco a la plancha o ensalada. Los días que el exceso se va a cometer en la cena, pues aprieto en la comida y merienda…
Lamentablemente, pasados 6 ó 7 días, siempre acabo con algún Kg de más pero, algo es algo.
Lo que cuesta ir al gimnasio en navidades ¡nadie lo sabe! Para no tener un cargo de conciencia brutal, en estas fechas realizo deportes alternativos, en mi caso: Running y Pádel. En cuanto al running, antes lo practicaba más asiduamente, pero en los últimos meses tuve la suerte de conocer el pádel en primera persona y la verdad es que me ha enganchado. Obviamente no son deportes de fuerza y mi musculatura lo notará pero la movilidad articular en ambos es bastante exigente.
Aprovecho estos días para salir a correr, al menos un par de veces (unas 2 horas en total) y jugar 3 ó 4 partidas. El cuerpo y la mente lo agradecen. De esta forma, la «vuelta al gym» después de navidades no será tan traumática.
Espero que este artículo te sirva de motivación y para que veas que todos «pecamos» como tú. Por el hecho de dejar de ir al gimnasio unos días no tiene por qué acabarse el mundo.