Cuando tomas la decisión de ponerte en forma, la cuestión que surge de forma inmediata es: ¿cómo hacerlo? Las rutinas de gimnasio juegan un papel fundamental, dado que éstas han de estar confeccionadas acorde a tu objetivo (perder grasa, aumentar masa muscular o mantenerse) y apoyada a través de una dieta que complete el círculo.
Lo recomendable es que cualquier rutina de gimnasio que lleves a cabo haya sido elaborada por un profesional de la actividad física que, además de tu objetivo, también tendrá en cuenta tus necesidades, así como los cambios que van surgiendo a medida que avanzas en tu entrenamiento.
Cuanto más personalizada sea la rutina de entrenamiento, más probabilidades de éxito tendrás a la hora de conseguir tu objetivo, y posiblemente llegues antes de lo previsto si lo comparas con la realización de rutinas genéricas que se suelen encontrar por Internet o que incluso se entregan en muchos gimnasios de bajo coste.
Sin embargo, hay otros detalles a tener en cuenta a la hora de escoger una rutina de ejercicios. Veamos cuáles son.
Las rutinas de gimnasio se deben modificar a medida que avanzas
Como decía, la ventaja de ir de la mano de un entrenador personal es que este está para escucharte y guiarte durante tu proceso de transformación. Es importante que lo tengas en cuenta porque, a menudo, me encuentro con personas que entrenan extremadamente cansadas, o llevan a cabo a rutinas de entrenamiento que no les motiva en absoluto.
Por un lado, cualquier tipo de planificación de entrenamiento debe tener en cuenta las siguientes variables:
- Intensidad de la rutina: que se produce levantando pesos altos o dejando poco tiempo de descanso entre serie y serie. En última instancia, el corazón trabaja a un ritmo elevado.
- Volumen de entrenamiento: cuántos días a la semana quieres/puedes entrenar, así como cuántos días a la semana tu cuerpo necesitará descansar.
En una época donde el descanso está infravalorado, toca decir que hay momentos en los que se debe bajar el volumen o intensidad de los ejercicios o simplemente, dar lugar al descanso. Y es que no podemos obviar que la mayoría de los mortales no vivimos del deporte y podemos pasar por situaciones de estrés en el trabajo o en la familia que dificultan la recuperación física, y por lo tanto, impiden progresar hacia un objetivo.
Ante todo hay que evitar el estrés que conlleva a la desmotivación y ésta a tirar la toalla. Por eso también hay que tener en cuenta que puede que necesites cambiar ejercicios de una rutina de entrenamiento, bien porque no te sientes cómodo durante su ejecución o bien por algún tipo de lesión previa o molestia que te impide llevarlo a cabo correctamente. Un entrenador personal tendrá todo eso en cuenta, pero si no dispones de él, has de aprender a escuchar tu cuerpo, así como a ser flexible contigo mismo.
Ser constante: la clave del éxito de una rutina de gimnasio
Puede que en algún momento hayas pensado que no tienes disciplina, ni eres constante cuando se trata de hacer deporte. Bien, a veces hay que hacer análisis y comprobar si se trata de una falta de ganas de moverse o de que no te motiva lo que tienes delante de tus ojos. En este sentido, una rutina de entrenamiento que te guste es clave para no abandonar.
Esta tarea no es baladí. Quienes llevamos varios años levantando hierros sabemos que puede llegar el día en donde la monotonía te invade, que cualquier rutina te parece más de lo mismo que incluso, por diversos factores, te encuentres estancado en tu objetivo.
Busca fórmulas que hagan que el cuerpo no se acomode; retos que te hagan salir de tu zona de confort y haz que tus objetivos sean ambiciosos a la hora de levantar peso. Esto es algo que no debes tener presente a la hora de escoger no solo una, sino todas las rutinas de gimnasio que pasen por tus manos.
A veces, para volver a sentir motivación, la rutina de gimnasio ha de estar complementada con otro tipo de actividades, como por ejemplo: entrenamiento HIIT, tabata o paseo en bicicleta o incluso, gimnasia suave como pilates o yoga. La realización de otros ejercicios también deben estar contemplados dentro de tu planificación semanal, de tal manera que tu rendimiento deportivo no se vea mermado ante la carga de actividad física.