Vivimos en unos tiempos en los que todo el mundo parece experto en nutrición, así como en dietas para perder peso o para aumentar masa muscular. Es fácil que alguien se atreva a dar consejos nutricionales que prometen funcionar porque en el fondo todos deseamos alcanzar un objetivo estético: que el espejo refleje la imagen que queremos proyectar.
Además, la importancia que la mayoría de las personas le conceden a esto de ponerse a dieta es, por desgracia, cíclica. Quiero decir que a lo largo del año nos encontramos con momentos en los que ponerse en forma o hacer dieta cobran especial importancia, y es ahí cuando recetas para cenar ligero o trucos para adelgazar como beber infusiones son muy recurridas en nuestro entorno.
Sin embargo, como siempre digo, ponerse en manos de un profesional siempre será la mejor opción a la hora de obtener un plan de entrenamiento y nutricional personalizados con los que lograr alcanzar el anhelado objetivo. ¿Y si no puedes? Entonces, déjame ayudarte antes de que elimines por completo los carbohidratos y demás alimentos ricos en hidratos de carbono de tu dieta o por el contrario, te pongas a meter alimentos ricos en proteínas en todas tus comidas sin conocer cuál es tu necesidad de proteínas diaria.
Así es como mejoras tus hábitos alimenticios
Hay quien se echa a temblar al oír la palabra dieta. Esto es porque para la mayoría supone un gran sacrificio, algo temporal cuyo esfuerzo solo merece la pena cuando se consiguen resultados. ¿Y si viéramos la dieta como empezar a comer sano de ahora en adelante? Hábitos como meternos más en la cocina, hacer cenas ligeras o empezar a leer las etiquetas para saber qué nos estamos llevando a la boca son acciones que marcan la diferencia.
Y es que la dieta es, a fin de cuentas, el tipo de alimentación que lleva cualquier ser vivo. Un ejemplo que explicaremos más adelante es el de las dietas para ganar músculo. Hacemos específicos desayunos para ganar masa muscular, dado que debemos cubrir cierto número de calorías, pero también tiene una dieta determinada aquella persona que basa su alimentación a base de comida basura o de un solo alimento.
Para las personas que quieren perder peso, es imperiosamente necesario que su dieta sea hipocalórica, es decir, que al término del día consuman menos calorías de las que su cuerpo necesita y quema. La teoría, de forma bastante resumida y simplificada, dice que ante el déficit calórico el cuerpo empieza a recurrir a la grasa almacenada y es ahí cuando se produce la pérdida de peso.
Una de las claves para que este déficit se produzca está en cenar ligero. ¿Por qué en la última comida del día? Porque si hemos llegado a la cena habiendo mantenido las calorías a raya en las anteriores comidas, podría producirse un momento crítico: permitirse un antojo, sucumbir al atracón… Para evitarlo, haz que tu cena sea rica en proteínas como pescados y verduras a la plancha, de esta manera te irás a la cama con sensación de saciedad.
Además de armarse de un buen recetario de comidas saludables, también es importante una revisión de hábitos nutricionales y preguntarse: ¿qué tipos de alimentos metes en casa? Si predominan los alimentos no procesados, es decir, los que no han pasado por un proceso para su elaboración y tengan una larga lista de ingredientes, entonces vas por el buen camino.
Desayunar no es la comida más importante del día
Desde siempre, el desayuno ha gozado de buena prensa. Sin embargo, últimamente las redes sociales y algunos profesionales del mundo de la nutrición advierten que no es la comida más importante del día como se ha ido pregonando desde hace años. Lo cierto es que todas las comidas tienen la misma importancia, pero a la hora de ganar masa muscular, hacer un buen desayuno puede marcar la diferencia.
Esto se explica porque en una dieta para ganar músculo se necesita un superávit calórico, a diferencia de la dieta para perder peso. Puedes pensar que tener “carta blanca” para ingerir mayores cantidades de comida es algo más fácil de asumir que el tener que comer menos para no pasarte de calorías, pero la realidad es otra.
Debes llegar a ese superávit consumiendo alimentos saludables como avena, leche, frutas o frutos secos, y si entra dentro de tu cálculo de macronutrientes, también puedes recurrir a suplementos como la proteína de whey. Esto es vital para construir tejido muscular de calidad, así como para que no falten micronutrientes en nuestro organismo, lo cual también es importante cuando estás sometiendo a tu cuerpo ante el estrés físico a través de un duro entrenamiento de fuerza.
Por último, si tu planteamiento es el de aumentar masa muscular, debes saber que esa ganancia puede venir acompañada de un aumento de grasa, pero no debes preocuparte que para eso también están las dietas de definición.